miércoles, 12 de junio de 2013

Evita dolores de espalda sentandote bien

Evita dolores de espalda sentandote bien

La postura sentada es la posición de trabajo más confortable, ya que ayuda a reducir la fatiga corporal, disminuye el gasto de energía e incrementa la estabilidad y la precisión en las acciones desarrolladas. Sin embargo, esta postura también puede resultar perjudicial para la salud si no se tienen en cuenta los elementos que intervienen en la realización del trabajo, principalmente, la silla y la mesa o el plano de trabajo y si no se dispone de la posibilidad de cambiar de posición de vez en cuando.

Las consecuencias de mantener una postura de trabajo sentada inadecuada son: molestias cervicales, abdominales, trastornos en la zona lumbar de la espalda y alteraciones del sistema circulatorio y nervioso que afectan, principalmente, a las piernas. La clave para gozar de una salud física está en la ergonomía en el trabajo según Ergotech


2 nomas básicas para un buen sentado:
  • La altura del asiento de la silla  debe ser regulable (adaptable a las  distintas tipologías físicas de las personas). La ideal es la que permite que la persona se siente con los  pies planos sobre el suelo y los  muslos en posición horizontal con  respecto al cuerpo o formando un  ángulo entre 90 y 110 grados. La  altura correcta del asiento es muy  importante, ya que si ésta es excesiva se produce una compresión en  la cara inferior de los muslos; si el  asiento es demasiado bajo, el área de contacto se reduce exclusivamente al glúteo (las piernas quedan  dobladas hacia arriba cerrando el  ángulo formado por los muslos y el  cuerpo) provocando compresión  vascular y nerviosa.
  • El respaldo de la silla también debe ser regulable en altura y ángulo de inclinación (adaptable a las distintas tipologías físicas de las personas). La función del respaldo es facilitar soporte a la región lumbar de la espalda, por lo que debe disponer de un almohadillado que ayude a mantener la curvatura de la columna vertebral en esta zona. El respaldo conviene que llegue, como mínimo, hasta la parte media de la espalda, debajo de los omoplatos y no debe ser demasiado ancho en su parte superior para no restar movilidad a los brazos.