Los individuos con este trastorno a menudo son percibidos como personas responsables de su propia condición y con una fuerza de voluntad débil. No obstante, la evidencia actual indica que la obesidad no sólo es resultado de una responsabilidad individual, sino que en esta epidemia participan diferentes factores de tipo social, económico, genético, cultural y de infraestructura, que interactuan entre sí y han provocado cambios sustanciales en los estilos de vida.