Es uno de los principales factores de riesgo para desarrollar una enfermedad crónica y provoca anualmente el 6% de las muertes a nivel global, sólo superado por la hipertensión arterial y el consumo de tabaco. Si estos factores fueran atenuados, por lo menos podrían prevenirse cerca del 80% de las enfermedades del corazón y diabetes mellitus, así como el 40% de los casos de cáncer.