La exposición al sol posee acción terapéutica en diversas enfermedades y es coadyuvante en la formación de vitamina D. No obstante pese a estos beneficios, es necesario protegerse frente a la radiación solar, pues tanto a corto como largo plazo, puede producir daños a la piel.
- UVA. Causan envejecimiento de la piel y pueden provocar cáncer.
- UVB. Producen enrojecimiento, quemaduras y predisposición al cáncer.
- UVC. Son filtrados por la capa de ozono de la atmósfera.