Son una buena fuente de vitaminas, como el folato que reduce considerablemente el riesgo de anomalías congénitas del tubo neural, como la espina bífida en los recién nacidos; su alto contenido en hierro las convierte en un poderoso alimento para prevenir la anemia en mujeres y niños; son ricas en compuestos bioactivos, como sustancias fitoquímicas y antioxidantes, que pueden contener propiedades anticancerígenas y finalmente promueven la salud de los huesos, que pueden prevenir la disminución cognitiva y reducir los síntomas menopáusicos.