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Un buen descanso no solo mejora el aspecto físico al permitir que la piel se regenere, sino que también está asociado con una mayor longevidad y bienestar.
Dormir lo suficiente regula el metabolismo, ayudando al control del peso y favoreciendo la recuperación muscular gracias a la liberación de la hormona del crecimiento durante el sueño profundo.
Además, el sueño mantiene el equilibrio hormonal, como la regulación del cortisol y la insulina, lo que es clave para la gestión del estrés y el azúcar en sangre. Dormir también refuerza el sistema inmunológico y mejora la función cerebral, ayudando a la memoria y la toma de decisiones
Priorizar el descanso es cuidar de nosotros mismos, tanto por dentro como por fuera. Dormir bien es un acto de autocuidado que impulsa nuestra salud integral.