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Esta enfermedad puede presentarse de muchas formas, pero en principio la más común es la forma remitente-ocurrente , que afecta a más de 80% de los pacientes. En las fases iniciales puede no haber síntomas, a veces incluso durante varios años. Sin embargo, las lesiones ya se están produciendo, aunque no lleguen a dar lugar a síntomas. Los brotes son imprevisibles y pueden aparecer síntomas en cualquier momento, los cuales duran algunos días o semanas y luego desaparecen de nuevo.
No todos los pacientes con esclerosis múltilpe acabarán discapacitados, en cama o en silla de ruedas sin poder moverse. No es una enfermedad mortal, pero sí ocasiona serias dificultades a los medios de la persona para desplazarse de manera autónoma; de ahí la importancia de recurrir a la neurorehabilitación, terapia que es indispensable para tratar este padecimiento.